domingo, 8 de octubre de 2017

Ruzafa Escénica


Ruzafa es una iniciativa social pionera que que ocupa espacios privados, como oficinas, viviendas particulares, galerías de arte, comercios, piscinas y librerías… para transformarlos en espacios de representación en cada una de sus ediciones.
Un festival que reabre el debate sobre la reapropiación y gestión de los espacios públicos y privados por parte de la ciudadanía donde cada uno se expresa como quiere, con quien quiere, en el idioma que quiere y junto a quien quiere.
Un festival en continuo movimiento y transformación que se caracteriza por mezclar propuestas de corta duración, (Viveros), de larga duración (Bosques), y una producción propia con actores y bailarines de todas las escuelas de arte dramático de la ciudad, (Invernadero). Propuestas que se estrenan que se estrenan durante el festival pero que posteriormente nutren de programación a teatros locales y nacionales.
Un festival que se hace en un barrio, que cuenta con el apoyo de los principales agentes del barrio, y que, tomando el nombre del barrio, aparca la etiqueta de “ festival de barrio para el barrio” para transformarse en un festival de todos/as y para todos/as.
Es así como se define este proyecto, que podemos seguir en su página web: http://russafaescenica.com/

En esta ocasión hemos tenido el placer de poder disfrutar de una des sus obras del programa bosques llamada Bios.




Presentada por Caterva Teatre bajo la dirección de Robert de la Fuente, quien es además autor de la misma y actor, compartiendo reparto con Wanda Bellanza, Saoro Ferré, Águe Llorca, Roberto Roig y Fernando Soler Roig. Y que ha sido representada en el Sporting Club Russafa.





La obra narra, utilizando el baloncesto como hilo conductor, distintas historias que a medida que avanzan comienzan a entrelazarse y a cobrar un sentido inesperado. EL triunfo, la fama, la presión y el estrés, la contradicción, la amistad, la muerte, la inmortalidad, la explotación infantil, la ilusión, la esperanza; todo ello se mezcla en una paradoja de vidas paralelas y a la vez fusionadas que mantienen el interés del espectador en todo momento.



Más allá del prisma artístico, este tipo de festivales sirven como medio de interacción social y desarrollo comunitario, nutren en si el barrio y a sus residentes. Por otra parte, son un reclamo turístico ya que cada vez más, los turistas buscan poder disfrutar de una oferta cultural más completa y todo lo que conlleva. Un barrio lleno de vida, de movimiento, de arte y cultura tanto en por su patrimonio histórico, sus edificios y monumentos, como por su gente y su interacción con el entorno.

En definitiva, este tipo de propuestas no reducen sus beneficios únicamente a lo que las obras y su impacto directo se refieren, si no que también son una aportación indispensable para la evolución del barrio y su reconocimiento externo.  



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